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I al capdavall, què?

dilluns, de desembre 13, 2004

Greatest hits: Muera España

De todos los nacionalismos del Estado Español, de España cohone; si hay uno del que no se ha escrito, miento, se ha escrito pero muy poco -sobretodo en comparación con los demás- es del nacionalismo español. Es el que no se menciona, que no se autoproclama, que en definitiva, se hace como si no existiera. De hecho, especímenes como copy&paste César Vidal, niegan esa existencia. Que uno de sus paradigmas lo niegue no deja de ser indicativo del carácter público que tiene dicho nacionalismo y porque hay tan poco escrito sobre él. Cuando zervidó ve el nacionalismo español, no sólo ve a la España cañí de bandera rojigualda, soldadito español, soldadito valiente y sotanas. No vayamos a pensar, no se lo puede limitar a esa parte del espectro político que aún mostrándolo tan explícitamente a veces niega su nacionalismo -otro ejemplo sería el no nacionalista Aznar-. Porque una vez alguien asume la existencia del nacionalismo español, sólo puede reconocer en él a la derecha castiza y apurando a individuos como Ibarra o Bono. Pero no se trata de eso sino de algo transversal.

Quim Monzó en los años de la Transición tituló una de sus mezclas de viñetas y fotomontajes Drama en un acte. Catalanet que véns al món, qualsevol de les dues Espanyes et tocarà els pebrots -luego se abría el telón y salía Carrillo bailando sobre la tumba del comunista catalán Joan Comorera-. ¿Es esto? Sí y no. Sí porque es cierto y no porque es injusto limitarlo a esto cuando los primeros en dar por culo a cualquier catalán que venga al mundo serán los propios catalanes. No se trata de hacer una apología victimista para quienes disienten de la idea nacional de España, se trata, y reiterando el vocablo usado anteriormente, de enfocar el nacionalismo español como algo transversal, de derecha a izquierda. Las consecuencias que luego saque cada uno de este hecho, pues dependerán de cada uno... De ver un nacionalismo que va de Calvo Sotelo a Azaña y Negrín, de la derecha más tradicionalista al PCE. Explícitamente él nacionalismo español sólo ha tenido la Falange sin embargo ha sido un nacionalismo que ha impregnado la totalidad de movimientos y partidos políticos. De todas formas esto también puede observarse con el catalanismo, ya que menos el PP -catalán- que se ha autoapartado de él -para mostrar un carácter españolista, aunque va cambiando su actitud después de la marcha del nazi Vidal Quadras-, el nacionalismo catalán no es patrimonio sólo de CIU y ERC sino que también pasa por el PSU -ICV- y el PSC.

Ante todo habría que ver por qué la no expliticidad del nacionalismo español. La respuesta más clara es que los nacionalismoes de estado no tienen porque autoproclamarse, mientras que los sin estado forzosamente lo han de hacer, aparte de serlo, han de decirlo. Los nacionalismos de Estado, menos en sus manifestaciones más extremas como en actitudes fascistas o filofascistas, no se ponen la etiqueta y hasta la rechazan; aunque tanto en el discurso como en la práctica los son.

Para poder verlo, para palparlo en su expresión social, no hace falta nada extraordinario. Hace pocas semanas, uno tuvo la gracia de escuchar El Larguero . Era la noche previa a la decisón sobre la selección catalana de hockeyy se avanzó el rechazo que se daría a las aspiraciones catalanas. El público de Oviedo -que es donde se realizaba el programa- entonó una gran ovación y De la Morena lleno de satisfacción no ignoró la reacción jingoísta del público y se hizo eco del aplauso al rechazo -porque evidentemente compartía la euforia-. Seguramente esto es victimista, qué importa, se trata de ver que el nacionalismo español, como otros nacionalismos estatales, tiene dos enemigos, el exterior y el interior. Por lo tanto no hay nada de extraño en el anticatalanismo y pseudoimperialismo que mostró el público de El Larguero rebosante de nacionalismo español. Que en esas noches deportivas -como también ocurría en las de La Vuelta- se vea un odio tan ancestral y sólo falte el polaco quien no bote no deja de ser lógico dentro del carácter del nacionalismo español. Que se hace incompatible con quienes no entran dentro de su visión nacional, lingüística, cultural, económica y lo que usted quiera.

Pero basta ya de divagaciones previas. Vamos a intentar verlo desde una perspectiva histórica. Decía al principio, expresaba mi lamento, por lo poco que se ha escrito sobre el nacionalismo español. Sin embargo como sí que hay cosas veamos lo que se ha podido encontrar. A continuación viene algo dicho por Juan Pablo Fusi: ”Desde la Constitución de Cádiz, en los moderados y progresistas de la misma forma que en los liberales conservadores y republicanos, han partido siempre de una concepción unitaria de España, es decir, de la idea que España es una unión nacional. Y prácticamente todos los textos constitucionales y todos los ordenamientos del territorio español –con excepción del proyecto federal de 1873 y de la Constitución de la II República- son textos unitarios. Pero yo creo que, menos los federales catalanes, hasta los hombres de la República de 1873 y de la II República eran gente que partían emocionalmente de una concepción unitaria de España. Que un hombre con Azaña tenga la sensibilidad de darse cuenta que el problema político de Cataluña se ha de resolver a través de la autonomía no evita que, como él mismo decía, se sintiese castellano por los cuatro lados y que, evidentemente, todo horizonte de reflexión de Azaña –pongo el hombre que más se abrió a Cataluña- fue siempre España y Castilla.
Por lo tanto, sí que pienso que existió en el siglo XIX esta idea unitaria de España. También para ser justos digamos que no existieron problemas con las características actuales de España hasta la aparición de los nacionalismos catalán y vasco a finales del siglo XIX. Existió catalanismo cultural, existió fuerismo vasco, existió tensión y animadversión hacia el catalanismo, el derecho catalán, el uso del catalán… pero no existió un problema político como el que se plantea en España de 1900 a 1936 alrededor de Cataluña y el País Vasco.
(…) Combinando todo esto, creo que hay una concepción unitaria de España a lo largo del siglo XIX, que impregna a todos los partidos”


Vamos un poco más adelante, al 98 –con J.P. Fusi también-
Coincido con Vicens en el hecho que el 98 introduce en el lenguaje público español una reflexión metafísica sobre el ser España, que verdaderamente es una especie de trascendentalismo y esencialismo español muy cercano a lo que nosotros, podríamos nombrar, forzando los términos, nacionalismo. En el prólogo llamado El nacionalisme espanyol de un libro llamado Franco i l’espanyolisme –que si bien escribe sobre el nacionalismo que hablamos, está limitado en el tiempo-, Joan Fuster dice los siguiente: ”la generación del 98, básicamente periférica –Azorín, baroja, Unamuno, Maetzu, Valle-Inclán- fue de un españolismo rabioso: decir “castellanismo” sería hacer trampa. Se acarnizaron con la Castilla eximperial y pobre, que “envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora”…”..

Hay un libro de Andrés Blas Guerrero llamado Sobre el nacionalismo español , y donde este es observado a través del pensamiento de Costa, Unamuno, Ortega y Gasset y Azaña. Sin embargo no se dice nada del nacionalismo militarista, el ultraconservador/tradicionalista y el fascista o filofascista. El autor por lo visto se identifica con él. Y en esas llegó Fidel... De todas formas si alguien lo ha leído, desde aquí se le agradecerá lo que pueda contar sobre él.

Pos ná. Nos hemos quedado en un inicio difuso y poco claro. De todas formas, en relación con Castilla, es interesante ver estos fragmentos que podrían ser titulados de Castilla a España:

Castilla creó la nación por mantener su pensamiento ensanchado hacia la España toda; jamás ningún particularismo nacionalista puede nacer de ella, ni tampoco de ella puede ser aceptado.Menéndez Pidal

«Porque, no se le dé vueltas: España es una cosa hecha por Castilla, y hay, razones para ir sospechando que, en general, sólo cabezas castellanas tienen órganos adecuados para percibir el gran problema de la España integral». José Ortega y Gasset, España Invertebrada.

«Y así Castilla, con la tierra absoluta y el cielo absoluto mirándose, no ha sabido nunca ser una comarca; ha tenido que aspirar, siempre, a ser Imperio. Castilla no ha podído entender lo local nunca; Castilla sólo ha podido entender lo universal y por eso Castilla se niega a sí misma, no se fija en dónde concluye, tal vez porque no concluye, ni a lo ancho ni a lo alto». José Antonio Primo de Rivera, Obras Completas.

"Castilla siente de cerca el placer anticipado de su próxima revancha. Vemos en peligro cierto nuestro pueblo, nuestra alma, nuestro país. Ya es imposible prolongar el letargo. Castilla se levantará y con ella toda España; porque España quiere vivir sabrá demostrar en momentos definitivos que toda ella es Castellana". Onésimo Redondo.

…Y fale. Ras i curt . Independientemente de esto, lo que si es indudable a fecha de hoy es la identificación, la visión de España como algo así como Castilla ampliada . El ejemplo más claro es como el idioma de esta ha pasado a ser el de España y del nacionalismo español. E intentar promover una visión distinta es muy difícil. Hay una frase de nuestro querido Caudillo para ver el tema: Al levantarnos con aquello no defendíais sólo un espíritu castellano nacional, sino que resolvíais un problema de civilización, demandado por un espíritu castellano, un espíritu español que iba faltando a España. Este es a fin de cuentas lo que más ha quedado, cuando el nacionalismo español se ha mostrado en su forma más explícita lo ha hecho con un carácter que se podía llamar panacastellano. Sin embargo, hay otros nacionalistas españoles de estos explícitos que no compartían esta visión homogenizador en torno a Castilla, o al menos no la persecución que se hizo de las otras culturas. Si no me falla la cabeza, diría que Dionisio Ridrudejo. Pero no me acuerdo muy bien. Aunque otra cosa es las diferencias entre el régimen de Franco y la ideología inicial falangista. Como el caso de Dionisio aunque sólo logro recordar con claridad el relato de una fuga.

Pero centrémonos un poco para terminar este rápido y no muy útil en según que aspectos repaso del nacionalismo español. Queda mirar a la II República, donde era ya algo transversal. Calvo Sotelo decía que antes roja que rota y por la izquierda Azaña decía ""Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco ." y Juan Negrín que "No estoy haciendo la guerra contra Franco para que nos retoñe en Barcelona un separatismo estúpido y pueblerino (...) No hay más que una nación: ¡España! (...) Antes de consentir campañas nacionalistas que nos lleven a desmembraciones que de ningún modo admito, cedería el paso a Franco sin otra condición que la que se desprendiese de alemanes e italianos". Vamos, el poner la nación por encima de otros ideales políticos. Antes roja/azul que rota. Por otra parte de aquellos tiempos, tenemos a José Antonio, el líder del único nacionalismo español explícito y reconocido por todos. De entre muchas cosas que escribió el encantador -también físicamente- hijo de Miguel, vamos a mirar este pequeño fragmento de 1934: Horripila pensar cómo van a sentir la solidaridad española esas generaciones nuevas educadas por quienes profesan sin embozo su insolidaridad... ¡Uy! Esto me suena. Parece parte de un decálogo para cualquier nacionalismo español. Por una parte la manipulación que se hace de los chavales para que no se sientan españoles ¡La de veces que uno ha leído o escuchado esto! Y por otra parte la solidaridad interterritorial, la solidaridad española. En este caso, aún más escuchada/leída que la anterior. Solidaridad bajo la condición de la nación española; si es la vasca o catalana entonces es malo -cuando moralmente es lo mismo, pero el nacionalismo a veces no deja ver estas cosas...-.

Ntchs. Así pues tenemos un incio muy difuso que no nos ha aclarado nada. Pero quiero poner un último fragmento de Joan Fuster, no tanto para ver sus orígenes cronológicos sino sociales: "Y sería simplificar mucho la cosa si ahora quisiéramos interpretar el nacionalismo español en función de eso que, hace quince o veinte años, los hipotéticos marxistas españoles solían designar con la cancioncilla*(NT: La mejor traducción que he encontrado a tirallonga es cancioncilla) de "la oligarquía latifundista semifeudal castellano-andaluza". Y no porque no fuese exacta esta alusión, al contrario. Respondía a la verdad de los orígenes. Pero escondía las consecuencias diarias -y multiseculares- del predominio de aquella "oligarquía", que continúan vigentes hoy, cuando son otras las oligarquías que mandan, sin descartar la clásica. ¿No había dicho Herr Marx que "las ideas dominantes son las ideas de la clase dominante" o algo por el estilo? Pues eso. La "oligarquía" española inicial, disponiendo del aparato del estado se imponía a través de una vasta capilaridad administrativa tremendamente eficaz:...".

Ahora un pequeño momento para la teoría de Vilar sacada de José Stalin, pero decimos que es de Pierre porque es alguien más majo y para que nadie desprecie una teoría por su orígen, de la misma manera que Hitler era un buen orador. Stalin era georgiano, y él se refiere al caso georgiano, luego podremos extrapolar a demás sitios. Nos dice que hay un nacionalismo georgiano de los nobles, otro de los curas, otro de la burguesía y otro del proletariado. Vilar lo pone en Cataluña y se refiere al nacionalismo tradicionalista de obispos y curas catalanes, luego al de la gran burguesía (Cambó), luego al de la pequeña burguesía (ERC), luego el de partidos comunistas catalanes... Así, no se puede decir que el nacionalismo sea de izquierdas o derechas, sea asín o asán, sino que depende de quienes lo usen. Si a alguien no le gusta que proponga una mejor, por aquí ya viene bien.

Bien, y en el caso que nos ocupa está claro. Hemos visto el orígen, vemos a día de hoy que aunque es algo transversal, dismunuye de derecha a izquierda. La conclusión es rápida. España es culpable. Por lo tanto como a las naciones no hay que aplicarles derechos humanos, hay que aplicarle la pena capital, hay que matar a España. Es hora de que la izquierda que aunque lo sabe, por su disminución en el discurso, aunque no en la práctica, haga una crítica del nacionalismo español, de la nación española que sólo puede llevar a ésta al patíbulo. Como mínimo algo de crítica. A la derecha no haría falta, aunque se encargan de dilapidar cualquier autoridad moral a base de ineptitud.

España nunca debió pasar del franquismo. Pero los socialistas se encargaron de volver a darle patente de modernidad aunque no lo lograron y cuando volvió la derecha, volvió el discurso carpetovetónico de la nación española. Ciertamente uno espera poco del PSOE, que como en muchos otros aspectos es sólo como la derecha pero con cara amable. Pero en cuanto al nacionalismo español prosiguen, con talante dialogante pero reafirmándose en el eufemismo del constitucionalismo junto al PP.

Uno no duda de que a otras naciones ibéricas también se les pueda achacar esta culpabilidad. La única legitimidad moral que tienen es la convivéncia con el nacionalismo español, por lo tanto el primero a caer ha de ser éste. No se les puede pedir a vascos y catalanes un suicido nacional para luego quedarse en otra nación. Pido disculpas por la losantiana expresión de suicidio nacional. No se les puede pedir que dejen de sentirse catalanes o vascos para que lo hagan de españoles. O sin sentirse, que renuncien a su nación para quedarse con otra que además como se ha visto anteriormente es de carácter castellano. ¿Algún riojano dejaría gustosamente que su región formase parte de Euskadi y encima luego votar a un PNV con patente de corso para tomar las medidas que quisiera? ¿Por qué lo debería hacer? A decir verdad lo único que hay de bueno en el nacionalismo periférico son las críticas a España más que cualquier loanza de lo propio. La mil.lenaria barretina de Prat de la Riba no se aguanta por ningún sitio sin embago el rechazo a España sí. Por lo tanto hay que terminar primero con el nacionalismo español. Y eso significa terminar con la nación española. Sin nacionalismo no sería posible ninguna conciencia nacional, por lo tanto si se ataca a ésta se ataca al nacionalismo. Se termina con la ideación y con quienes la defienden.

Por lo tanto lo único que queda es construir en la península Ibérica, una Federación Ibérica entre Cataluña, Euskadi, Portugal y Castilla ampliada o el resto de la ex-España; para que esta libre unión internacionalista siga con uniones como las que indica esta palabra -por supuesto el interestatalismo de carácter económico de la UE no entra en esto-. No es que les otorgue ningún carácter nacional a estas regiones por encima de las demás, yo no, que cualquiera mire las elecciones. Menos en Cataluña y Euskadi el resto es en identificación nacional, espiritual, lingüística y en estética de nación; algo homogéneo. El caso de Galicia lo dejo para el gallego que seguramente publicará este post y que está de acuerdo con todo lo que he dicho. No nos vamos a engañar, quienes fomentaron la ideación España, los principales usuarios del instrumento que es el nacionalismo español, en este camino que nos lleva al anarcocapitalismo cada vez necesitan menos la ideación, pero sin embargo nos queda el deber de hacer justícia. Muera España.

Me he olvidado de muchas cosas, pero como decía Voltaire con licencia vampírica , Le secret d'ennuyer est celui de tout dire. ¿Será la visión de lo escrito también como la crónica del Unicaja-Barça?